Opciones de viviendas en Mendoza sin el plan Procrear
El déficit de viviendas en la provincia afecta a todos los sectores de la población por la dificultad en conseguir créditos hipotecarios
El fin de los programas nacionales de vivienda, como el Procrear, dejó a muchas familias mendocinas sin alternativas claras para cumplir el sueño de la casa propia.

Con la disolución del fondo que financiaba estas líneas, miles de proyectos quedaron en pausa y la atención ahora está puesta en los planes provinciales y municipales, que resultan insuficientes ante la gran demanda habitacional.
Un déficit habitacional que crece
En Mendoza faltan más de 100.000 viviendas. Este déficit no solo afecta a los sectores de menores recursos, sino también a la clase media, que hoy enfrenta cada vez más dificultades para acceder a un crédito hipotecario o de construcción.

El costo de construir también es un obstáculo: el metro cuadrado se estima en unos $1.100.000 para una vivienda económica y cerca de $1.460.000 para una casa de nivel medio, según los materiales y terminaciones elegidas.
Qué programas siguen activos
Aunque la oferta es limitada, el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) mantiene algunas líneas vigentes para distintos perfiles de familias mendocinas.
Sin embargo, la mayoría no tiene inscripciones abiertas, ya que los cupos fueron asignados o están en etapa de ejecución.
Solo el plan “Construyo Mi Casa” se encuentra habilitado actualmente para nuevas inscripciones.
A continuación, un resumen de los principales programas del IPV:

- Mendoza Construye Línea 1: dirigido a familias con ingresos bajos (hasta tres salarios mínimos). Los municipios presentan proyectos y el IPV los financia. La cuota no supera el 15% del ingreso familiar.
- Mendoza Construye Línea 2: combina inversión pública y privada, con participación de empresas constructoras.
- Programa Mi Casa: para quienes ya participaron en sorteos anteriores y fueron seleccionados.
- Construyo Mi Casa: pensado para quienes poseen terreno propio y capacidad de ahorro. Requiere un aporte inicial del 15% y el resto se financia con créditos provinciales.
- Mejoro Mi Casa: destinado a refacciones o mejoras estructurales, especialmente en dormitorios, baños o adaptaciones para personas con discapacidad.
Un presupuesto ajustado
El IPV recibe casi la mitad del presupuesto provincial destinado a Infraestructura, pero aun así no alcanza para cubrir la demanda actual.
Según explicó su titular, Gustavo Cantero, el año pasado el organismo manejó un presupuesto de $93.000 millones, y aunque la inversión permitió entregar nuevas viviendas, “lo que se entrega es poco en comparación con lo que falta”.

Cantero también señaló que solo el 10% de la población tiene la capacidad económica de acceder a créditos hipotecarios sin ayuda estatal, mientras que el resto depende de programas públicos que hoy están limitados.
Avances, recupero y morosidad
El IPV cuenta con unos 15.000 créditos activos. En los planes sociales, la morosidad ronda el 50%, mientras que en los planes destinados a clase media es del 20%.
Aun así, la recaudación provincial creció un 193% en el último año, gracias a la actualización de cuotas mediante el coeficiente de variación salarial, que mantiene montos accesibles y sostenibles (alrededor de $50.000 mensuales).
Cantero destacó que esta política permitió reducir la mora al 39% y recuperar fondos que se reinvierten en nuevas obras.
Qué esperar a futuro
La posibilidad de abrir nuevas líneas de crédito dependerá de los fondos que apruebe la Legislatura para el próximo año.

Mientras tanto, algunos municipios comenzaron a crear registros de demanda habitacional, con el objetivo de organizar la lista de espera y planificar futuros proyectos.
“Todo dependerá del presupuesto provincial y de la situación económica del país”, explicó Cantero. “Queremos ofrecer soluciones reales, sin generar falsas expectativas”.
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