Un clásico de Navidad: Así es luce hoy la casa de “Mi pobre angelito”
Una de las películas más taquilleras y navideña por excelencia. Repasamos la decoración navideña tan excesiva de la película y analizamos la casa real.
Quién no ha visto y llorado de risa con esta película de los años 90. Todo el tiempo estamos repasando cómo es que un niño de 8 años se ha quedado solo en casa para Navidad. Lo más divertido es ver cómo el niño se las arregla para defender su casa de aquellos dos ladrones que intentan robar en Nochebuena. Sin dudas, una historia que repetimos cada año durante la fecha de Navidad. En esta nota vamos a repasar un poco su decoración y vamos a conocer cómo luce hoy.
Mi pobre angelito recaudó 17 millones de dólares en su primera semana.
Hace 28 años de aquello, pero aún sigue siendo una de las películas navideñas por excelencia. En Latinoamérca se llamó ‘Mi pobre angelito’ y, en total, recaudó 476.684.675 dólares en todo el mundo.
Aquí es donde la familia dejó olvidado a su hijo de solo 8 años en plenas Navidades. Definitivamente, esta película no podría rodarse hoy, ¡nos parecería políticamente muy incorrecta! Eso sí, la casa es preciosa, con ese ladrillo rojo y ese estilo Georgiano, típico de los países anglosajones. Se encuentra en Winnetka, Illinois, y salió a la venta hace unos años por $ 2.4 millones.
Así es como la vimos en la película, con un tradicional papel pintado, fotos para decorarla, ¡un árbol en el recibidor! Y cómo no, unas navideñas flores de Pascua en el rellano.
Tras los ladrones de la película, vemos imágenes familiares, con cuadros de diferente tamaño, quedan muy decorativas y dan personalidad a la escalera.
Un dato importante: en realidad, la película no se rodó dentro de la casa. Se grabó la fachada y los interiores se reprodujeron en un decorado.
Mientras que la escalera real de la casa se mantiene el arrimadero pero todo es blanco y gris, con ese suelo de madera queda ¡super elegante!
La casa estaba completamente decorada con color rojo y verde. Es una decoración de Navidad. “Queríamos que la película se sintiera muy navideña, por lo que llenamos la casa con verdes y rojos. Quería que la casa se viera como un lugar acogedor”, explicaba su director, Chris Columbus.
La verdadera sala de estar. Las puertas y ventanas con cuarterones le dan encanto y personalidad. Es una casa de estilo clásico, pero muy luminosa, y con pasos amplios entre las estancias, una maravilla.
La cocina. Kevin hace cosas de adultos, compra leche, suavizante, hace la colada… Su familia lo trata fatal y vienen unos ladrones porque han visto que no hay nadie en casa…
Vista con ojos de la actualidad, la película es terrible. Y la cocina es una de sus estancias clave. Ojo, porque está abierta y tiene una super isla, aunque con estética de los noventa, claro…
En la cocina real la isla es más pequeña y es blanca, con suelos de madera. Claro, ¡las cocinas blancas nunca fallan!
El comedor de la película. Es ultra navideño, con flores de Pascua blancas y rojas. En el distribuidor las blancas están en tiestos dorados y destacan más. ¡Qué bonito!
Mientras que el real mantiene cierta similitud al de la película, con sus sillas de madera. Eso sí, aquí el papel pintado es de un blanco roto muy suave, que vuelve la estancia muy luminosa.
El dormitorio de la película es muy clásico y respira Navidad por los cuatro costados. Hay hasta una corona y un muñeco Cascanueces en la chimenea de la habitación, y un buen adorno floral en el cabecero. Definitivamente, los norteamericanos son ¡muy fans de la Navidad!
Mucho más sobrio, obviamente, el dormitorio real llama la atención que está enmoquetado y que esa moqueta sea blanca. La cama es como la de la película, con dosel.
Recorré la casa de Mi pobre angelito mirando este video.
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