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¿Qué es el estrés vegetal y cómo afecta a las platas?

Las plantas también pueden sufrir estrés y molestias que, a la larga, puede afectar su estado y belleza. Descubre de antemano sus síntomas y cuidá tus espacios verdes.

El estrés es un estado que las plantas también pueden vivir. Se trata de un momento en el que la planta no realiza sus funciones fisiológicas con normalidad.

Esta misma situación provoca que no crezca con fuerza ni con la regularidad que se supone debería hacerlo.

Además, su desarrollo también se ve afectado, lo que limita la productividad de cultivos (en caso de que se trate de una planta con frutos).

Existen diferentes factores que provocan el estrés vegetal. Resulta indispensable conocerlos, puesto que pueden servir de antesala para descubrir cuando estamos ante estados como estos.

Tipos de estrés en las plantas

Los tipos de estrés más comunes en las plantas son:

  • Estrés por temperatura: es cuando una planta sufre el calor de acuerdo a su sensibilidad por temperatura. Es decir, nos referimos a los umbrales definidos para cada tipo de planta.
  • Estrés por la falta o el exceso de luz: cada variedad de planta tiene su propia necesidad de luz y de sol, la falta o el exceso también influyen en su crecimiento y desarrollo.
  • Estrés producido por infecciones de patógenos, plagas y virus: refiere al ataque de otros organismos que limitan o afectan su desarrollo. De igual modo a la aplicación de tratamientos sintéticos.
  • Estrés por la ausencia o exceso de nutrientes: esto puede afectar el crecimiento de las plantas y a su fruto.
  • Estrés salino: es decir, el exceso de sal en el suelo o en el agua de riego.
  • Estrés hídrico: es uno de los más frecuentes y refiere a que, la falta total de agua como su exceso, pueden limitar su crecimiento.
  • Estrés mecánico: refiere al daño causado por las máquinas agrícolas y otras herramientas propias de la actividad.
estrés vegetal

Sin embargo, según el especialista en jardinería Claudio Doratto, existen  dos categorías o tipos de estrés vegetal en los que englobamos las diferentes situaciones “estresantes”.

Estrés biótico

Es el tipo de estrés causado por organismos vivos, patógenos como los hongos, las bacterias y los virus; u organismos más grandes como los insectos fitófagos (se alimentan de las plantas como las orugas, de la savia como los pulgones) o animales herbívoros mayores.

Todo ello en la parte aérea de la planta, “pero puede experimentar estrés biótico en las partes subterráneas provocadas, por ejemplo, por los nemátodos de la raíz, hongos o incluso insectos que se alimentan de ellas como el grillo topo”, analiza Doratto.

A diferencia de lo que veremos con el estrés biótico, aquí no entramos en clasificaciones como: estrés por hongos, estrés por pulgones, por nemátodos, por vacas pastando, etc. porque actuaremos de una forma casi de manual.

“Hay hongos aplicamos fungicida, hay pulgones o cochinillas vamos por un insecticida; pero desde ya te digo que no es la mejor forma. Haciéndolo de esta manera “atacamos” el síntoma y no la causa”.

Veamos: si una planta crece de forma desequilibrada por falta de luz, falta de agua o por exceso de fertilizante, se encontrarán azúcares y otras sustancias simples en su savia. Esas sustancias son las que requieren los insectos (por dar un ejemplo) para alimentarse, entonces si abundan van a ellas. 

Una planta que está saludable contendrá, por lo tanto, menos azúcares y aminoácidos en estado libre que “llamen” a los insectos y frente a un ataque estarán preparadas para activar diversos mecanismos de defensa.

estrés vegetal

Estrés abiótico

Este tipo de estrés es causado por factores abióticos (no vivos), como el viento, demasiada o falta de luz, un contenido demasiado alto de sales en el suelo, falta o exceso de agua, etc. 

Esto hace que la planta pueda experimentar estrés en la parte aérea o subterránea. Dentro de esta categoría se incluyen aquellos daños mecánicos del cual son objeto nuestras plantas durante los trasplantes y las podas.

Cada agente responsable (luz, agua, salinidad, etc.) dará lugar a un tipo de estrés que serán temas a desarrollar en los próximos correos. 

¿Es malo que las plantas sufran de estrés?

Para el profesional consultado, no es una  situación ideal para la planta verse obligada a tener que poner en marcha mecanismos para sobrellevar o sobrevivir a condiciones relacionadas con la falta de agua, inundaciones, salinidad, exceso de temperatura o temperaturas extremadamente bajas para la especie; porque implica un desgaste de recursos que las afectan negativamente a nivel fisiológico y metabólico.

A pesar de ello, el hombre hace un manejo agronómico de algunos tipos de estrés abiótico porque obtiene ciertos beneficios como el manejo de la producción y el control del crecimiento vegetal. “Me refiero, por ejemplo, a la poda (estrés mecánico) para obtener una mejor floración en los rosales o el arte topiario en arbustos”.

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