El pueblo que crece al pie de los Andes mendocinos
El pueblo Los Chacayes de punta en blanco: así recibe a los visitantes esta localidad que aspira a estar entre las mejores del planeta
Es un lugar de ensueño al pie de la cordillera de los Andes, en la tierra “del sol y del buen vino”. Un pueblito mágico, entre viñedos, piedras y arbustos, escondido en la base de la montaña del Valle de Uco, en la comuna de Tunuyán, a más de 120 kilómetros de la capital provincial mendocina. Un sitio bien alejado del movimiento citadino que se ha convertido en una zona que tienta cada vez más a los inversores: pasó a ser la meca de los vinos de máxima calidad. Así, Los Chacayes, va por más: está entre los candidatos nacionales de la edición 2024 de los Best Tourism Villages, certamen internacional que premia a los mejores pueblos turísticos del planeta. El resultado se conocerá a fin de año.
La pregunta es recurrente. ¿Por qué este lugar recóndito puede estar en el ránking mundial? “Sus impactantes paisajes, sus cielos límpidos, la tranquilidad como banda sonora y sus sitios históricos y patrimoniales lo convierten en un destino para descubrir y disfrutar”, destacan las autoridades de Turismo de Mendoza, expectantes de la decisión final. Además, representan a la Argentina en el concurso impulsado por ONU Turismo: Caviahue-Copahue, Saldungaray, Barrancas, Campo Ramón, Villa Tulumba, Urdinarrain y Gaiman.
Este sitio, cada vez más visitado, empieza a erigirse como un sorprendente destino de turismo rural, ya que además cuenta con bienes culturales y naturales reconocidos, como el Manzano Histórico, con una robusta riqueza histórica y patrimonial, además de un centro de interpretación; el monumento Retorno a la Patria y hasta un retoño del árbol donde descansó el general don José de San Martín en su regreso de la Gesta Libertadora.
Los Chacayes también es un paraje único con una de las “obligadas” rutas del vino de la provincia, que sorprende por la calidad de su terroir. De hecho, sus vinos no paran de recibir reconocimientos internacionales de la mano de los enólogos más importantes del país. Por eso, es también el pueblo “del vino nuevo y prometedor” de la Argentina, aseguran sus hacedores, entusiasmados por la trascendencia que les está aportando el certamen mundial.
En este pueblito de montaña hay variadas propuestas culturales, turísticas, naturales y enogastronómicas, además de una veintena de alojamientos, muchos de alta gama. Asimismo, cuenta con agencias de turismo que ofrecen actividades especiales como cabalgatas, trekking y varias alternativas de turismo extremo.
Quienes apuestan a Los Chacayes y decidieron asentarse en este lugar alejado de la urbe cuentan que tienen sueños y objetivos, como lograr mayor atención y ayuda estatal, más allá del aporte privado, para desarrollar, por ejemplo, un centro educativo y deportivo, lo que permitirá darle vida y futuro a las nuevas generaciones; que las familias que trabajan en la zona tengan la posibilidad de crecer en el pueblo. Consideran que es un primer paso fundamental para pensar en proyectos comunitarios de mayor alcance y relevancia, de la mano de inversiones inmobiliarias. De ahí la importancia que tiene este concurso internacional para darle más visibilidad y proyección a esta zona alejada de las áreas urbanas, que promete conservar su espíritu de pueblo de montaña.
¿Por qué lleva ese nombre? En masculino y plural, Los Chacayes alude a la flora nativa Discaria trinervis, un arbusto comúnmente conocido como chacay. De hecho, en lengua mapuche significa arbusto con espinas. Los especialistas destacan que esta planta, llena de ramas, hojas verdes brillantes y pequeñas flores blanquecinas, prolifera en medio de la montaña, bordeando los cauces de agua natural.
Esta localidad cuenta además con una importante reserva natural protegida, con llamativos paisajes y actividades de senderismo, además de avistaje de aves. Son más de 300.000 hectáreas de cerros, volcanes, ríos, arroyos y vertientes de agua pura y mineral. En este sector está el histórico paso del Portillo Argentino, camino natural más directo entre Mendoza y Santiago de Chile, transitado, entre otros, por una de las columnas del Ejército Libertador y por Charles Darwin, en su viaje por el mundo. Durante siglos fue una vía muy importante, usada por pueblos indígenas, jesuitas, arrieros, pioneros y científicos. Se encuentra a 4380 metros sobre el nivel del mar y tiene forma de V, de tan solo 0,50 metros de ancho.
El Cajón de Arenales es otra parada indiscutida en esta localidad para los escaladores, ya que cuenta con más de 300 rutas de distinto nivel de dificultad, con altas paredes para la escalada deportiva.
Quienes vayan a Los Chacayes pueden visitar también La Pampa del Durazno, una extensa llanura, ubicada entre cerros, que fue habitada por comunidades originarias desde hace 8000 años. Para los conocedores del lugar, es un centro energético, que cobija secretos de lejanos rituales, muy buscado por los seguidores de prácticas espirituales.
Hay otra razón para visitar este sitio: el Cristo de la Hermandad, una escultura realizada en cedro dorado de más de 150 años, con una técnica originaria de la cultura araucana. Está compuesta por una figura de 9 metros, en una cruz que llega a los 23 metros de altura, con un peso superior a los 12.000 kilos, confeccionada con caños de acero.
Hay un dato extra que potencia a la zona en materia vitivinícola. Los Chacayes cuenta desde 2017 con “denominación de origen” o Indicación Geográfica (IG), sorprendiendo con los tradicionales Chardonnay, Malbec y Cabernet Franc, pero también con otras variedades menos conocidas. Actualmente, más de 20 bodegas de Mendoza producen vinos con uvas producidas en esta zona, donde el clima lo convierte en un lugar único.
Sobresalen los emprendimientos gastronómicos y hoteleros de renombradas bodegas y productores vitivinícolas, como Alpasión, Casa de Uco, La Morada Life, con Hornero restaurante, en el corazón de la Finca Los Arbolitos, La Coste de los Andes, con Atipana restaurante, SuperUco, de los hermanos Michelini y The Vines of Mendoza, entre otros. También se destacan los establecimientos Piedra Negra, Corazón de Sol, Terrazas de los Andes y Solo Contigo.
Los Chacayes cubre los sucesivos conos aluvionales que fue generando a lo largo del tiempo el arroyo Grande que baja de la montaña y se desarrolla en torno de la ruta provincial 94 que une el pueblo de Vista Flores con el Manzano Histórico.
Hace veinte años, contaba con algo más de 200 hectáreas de viñedos y en la actualidad son casi 2000, lo que muestra el potencial que tiene, el pueblo que podría convertirse en uno de los más lindos del mundo.
Fuente: La Nación.
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