DECORACIÓN

Muebles de resina inspiradas en la obra de un arquitecto

El diseñador Niko Koronis homenajea al arquitecto italiano cuyo trabajo estuvo fuertemente influenciado por la cultura, los materiales y los paisajes venecianos y japoneses.

La familia de muebles, denominada Colección G, incluye el banco GBC, la mesa de centro GRT, la mesa consola GSD y el taburete GST que también actúa como mesa auxiliar. Se pueden fabricar a medida con colores bajo pedido.

Unos bloques geométricos de resina forman estos diseños, cada uno personalizado, que se inspiran en las líneas nítidas y las formas gráficas de Scarpa. Koronis diseña cada elemento del mobiliario escalonado para que parezcan “entidades arquitectónicas de pequeña escala”, caracterizadas por un énfasis en geometrías lineales.

“Uno tiene que amar a Scarpa, por muchas razones diferentes”, comenta Koronis.

“Por su personalidad carismática, su estética formal y materialidad única que contrastaba con el postmodernismo temprano artificial y ruidoso de sus contemporáneos”, continúa.

“Si uno considera su obra más famosa, el cementerio de Brion, es fácil comprender su adoración por la obra de Frank Lloyd Wright, Josef Albers, Joseff Hoffmann, y su fascinación por los patrones geométricos elementales y a veces repetitivos”, describe.

Es precisamente el foco de Scarpa en los materiales, y cómo estos se relacionan con las formas que crean, así como el ritmo elegante de su trabajo lo que atrae a Koronis.  Y una clara atención a las relaciones bellamente elaboradas entre los volúmenes negativos y positivos.

Los tonos de azul y verde les otorgan una apariencia helada, similar al jabón. Según el diseñador, la resina es “un material un tanto incomprendido que está experimentando un resurgimiento”.  La resina utilizada para la colección se produjo industrialmente mediante un proceso químico, pero Koronis quería que el material pareciera lo más orgánico posible.

La elección del material, que Koronis describe como ‘muy interesante pero técnicamente desafiante’, hizo que el proceso de producción hecho a mano fuera largo y delicado. Incluso el más mínimo error puede tener un mal efecto y eventualmente obligar a descartar toda la pieza y empezar de cero.

Las formas nítidas combinadas con diferentes espesores hacen que estos objetos sean altamente reactivos bajo diferentes condiciones de iluminación, dando a este material artificial una sensación casi natural.

La consola, por ejemplo, requería más de 400 litros de resina, que debían moldearse en capas de cierto espesor durante un período de tiempo específico.

Afortunadamente, encontraron un artesano increíble en Holanda y, después de varios meses de pruebas y numerosos prototipos, logramos perfeccionar el proceso de producción.

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