Una casa de los años 70 rejuvenecida gracias al hormigón
Los arquitectos Dácio y David Ottoni diseñaron Casa Ottoni en la década de 1970, y hoy, el estudio Península Arquitetura le da una segunda vida jugando con volúmenes, el hormigón, una sucesión de patios y por supuesto, piscina.
La Casa Ottoni, una joya arquitectónica concebida en los años 70 por los célebres arquitectos Dácio y David Ottoni, ha sido revitalizada con maestría por el estudio Península Arquitetura. Ubicada en el elegante barrio Alto de Pinheiros en São Paulo, esta residencia ha sido objeto de una renovación que respeta su legado histórico al mismo tiempo que se adapta a las necesidades contemporáneas de sus nuevos habitantes.
Desde el inicio del proyecto, los arquitectos de Península Arquitetura tomaron una decisión firme: mantener y restaurar varios elementos originales que son esenciales para la identidad de la Casa Ottoni. La estructura de hormigón, distintiva de la residencia, fue preservada y restaurada con esmero. El suelo del garaje, los volúmenes de los baños en la planta baja y la icónica escalera que conduce a la planta superior, todos ellos fueron integrados armoniosamente en el nuevo diseño, valorizando y respetando la historia arquitectónica de la casa.
La renovación en la planta baja fue significativa, con el objetivo de optimizar y ampliar los espacios sociales. Se añadieron dos nuevos volúmenes de servicio en consonancia con la lógica original de la residencia: el primero alberga el área de servicio, una cámara frigorífica y la cocina, mientras que el segundo se destinó como oficina. La sala de estar y el comedor fueron transformados para crear un espacio más amplio e integrado, logrando una fluidez espacial que invita a la convivencia y el disfrute. Las paredes y el contrapiso fueron demolidos, siendo reemplazados por un nuevo suelo de granilite con base clara y pequeñas piedras, que destaca los volúmenes de color y el hormigón en los pilares y la losa expuesta. Este contraste visual entre los elementos añade una sofisticación notable al diseño interior.
En la cocina, el área de servicio y la cámara frigorífica se eligió un suelo cerámico específico, manteniendo una coherencia cromática que unifica todo el espacio. Los elementos de metalistería, puertas y ladrillos fueron pintados en un vibrante color naranja, aportando una unidad estética que resuena en todo el conjunto. El patio trasero también recibió atención especial, con la aplicación de fulget alrededor de la piscina y en la escalera de acceso, mientras que el resto del espacio se priorizó como área permeable con un paisajismo hermoso que refuerza la conexión con la naturaleza. La piscina, uno de los espacios más emblemáticos de la residencia, fue cuidadosamente restaurada, preservando sus dimensiones originales.
En la planta superior, se diseñaron nuevos espacios para responder a las necesidades contemporáneas de los residentes. Una nueva suite y una sala de televisión fueron creadas en uno de los antiguos balcones, mientras que en el otro se instaló un relajante ofuro (baño japonés de agua caliente), además de una terraza en la azotea ideal para momentos de relajación y apreciación de las vistas. En línea con un enfoque de sostenibilidad y eficiencia energética, se habilitó un espacio técnico para aire acondicionado y paneles fotovoltaicos, integrando tecnología moderna sin comprometer la estética original. Las estructuras y cerramientos metálicos utilizados en las ampliaciones mantienen un lenguaje de sobriedad que dialoga en perfecta armonía con la arquitectura existente.
Fuente: ElleDecor
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