Nueva Bombonera: el proyecto que impulsa Riquelme
El objetivo de la ampliación es alcanzar los 85.000 espectadores ocupando las dos manzanas contiguas al estadio; una empresa brasileña estaría dispuesta a invertir US$100 millones.
En el núcleo mismo de la pasión que rodea a Boca Juniors, se materializa un momento crucial que ha estado tomando forma a lo largo del tiempo: la esperada expansión de La Bombonera. Sin embargo, este ambicioso deseo para agrandar el estadio azul y oro se encuentra atrapado en el torbellino político del club, donde las elecciones, inicialmente programadas para este domingo pasado, han sido suspendidas por orden judicial a solicitud de Andrés Ibarra, candidato a presidente respaldado por Mauricio Macri.
En este escenario, dos propuestas divergentes para la ampliación del estadio han cobrado relevancia, siendo una de ellas respaldada por Juan Román Riquelme y Jorge Amor Ameal, y la otra por el binomio Ibarra-Macri.
La Universidad de Morón, a través de la Escuela Superior de Arquitectura y Diseño, liderada por el arquitecto Alejandro Borrachia, es protagonista de una iniciativa por parte del oficialismo: La piel de Bombonera.
La idea se remonta a 15 años atrás, cuando la universidad y otras 72 organizaciones del barrio de La Boca se embarcaron en un proyecto urbano para evitar la construcción de torres de viviendas en el espacio vacante de Casa Amarilla. El gobierno de la Ciudad proponía erigir torres habitacionales, lo que generaba desacuerdo entre los vecinos. Argumentaban que existían edificaciones desocupadas o en mal estado en la zona, y sostenían que la demanda de viviendas podía atenderse sin afectar el único espacio verde disponible en la zona.
Este antecedente, respaldado por el apoyo técnico de la ESAD (Escuela Superior de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Morón), sentó las bases para un proyecto pionero de ampliación de la Bombonera, ya que no se limitaron a la elaboración de un proyecto urbano, sino que también abordamos de manera integral la reconversión del estadio del Club Atlético Boca Juniors.
En su versión inicial, el proyecto proponía mantener el estadio en su ubicación original, a diferencia de otras corrientes que sugerían su reubicación. Una vez presentado, recibieron una llamada por parte de la comisión directiva del club, liderada en ese momento por Jorge Amor Ameal, que mostró interés en el proyecto. Aunque se iniciaron gestiones para obtener presupuestos, la dinámica cambiante de la política y la fluctuación de personas en los cargos condujeron a que el proyecto quedara en un limbo, sin alcanzar su plena materialización.
Sin embargo, este año, con las elecciones en Boca y el escenario político renovado, Osvaldo Spataro, ex tesorero de Boca Juniors, emergió como candidato a la presidencia del club y revivió esta iniciativa.
Rememorando el trabajo previo realizado por la Universidad de Morón, Spataro convocó nuevamente al equipo para integrar el proyecto de ampliación y reforma del estadio como parte fundamental de su plataforma política.
En esta visión, se contempla la adición de un nuevo edificio metálico en el ala este de la cancha. Este nuevo espacio albergaría no solo zonas gastronómicas, sino también usos que trascenderían las fechas de los partidos, proporcionando una funcionalidad continua.
La conexión entre lo nuevo y lo antiguo se realizaría a través de una piel separada de la estructura, dotando al estadio de una nueva imagen. Esta piel ofrecería espacios versátiles, como palcos en las partes altas, nuevas tribunas, cubiertas verdes transitables, piletones para la acumulación de agua de lluvia e invernaderos dentro de semi esferas generadas por estas vainas. Es importante destacar que todo el sistema circulatorio público, que maneja grandes cantidades de personas, estaría separado de la fachada principal del estadio.
Además, se revisó y reelaboró la propuesta urbana para establecer un extenso parque en los límites del estadio. La sugerencia consiste en crear un espacio verde lineal contiguo a las vías que integre el Parque Flora Nativa Benito Quinquela Martin, el Parque Social y Deportivo Casa Amarilla y el Complejo Pedro Pompillo. Además, pretenden sumar un tren turístico que conecte La Boca con Puerto Madero.
El proyecto tiene como objetivo principal alcanzar una capacidad para 85.000 espectadores, situándolo a la par de otros estadios destacados en América Latina. Además, se contempla una modernización integral de las instalaciones, buscando llevar el estadio hacia los estándares del siglo XXI. Por otra parte, Borrachia comenta que la propuesta no solo se limita a la mejora física, sino que también busca integrar el estadio a la ciudad, optimizando la movilidad del público para no perturbar el funcionamiento cotidiano de la ciudad en días de partido.
No es un dato menor que, según comunicó Spataro, una empresa brasilera está dispuesta a financiar US$100 millones para la realización de la construcción de este proyecto, como así también para la compra de las dos medias manzanas aledañas a los actuales palcos. Se trata de Andrade Valladares, con experiencia en construcción de estadios tales como Morumbi y Ceará, realizados para el Mundial Brasil 2014. Según el arquitecto, esta financiación permitiría materializar la visión proyectada “ajustando aspectos necesarios”.
La duración estimada de la obra es de cinco años, y Borrachia asegura que ya están explorando alternativas para que algunos eventos deportivos puedan continuar llevándose a cabo durante la construcción. Además, se ha previsto un estacionamiento subterráneo que resolverá la problemática del congestionamiento vehicular en la zona de las vías cada vez que se celebre un partido.
“El candidato que inicialmente nos convocó finalmente retiró su postulación y se unió a la candidatura oficial encabezada por Riquelme. De esta manera, nos encontramos con dos propuestas claramente definidas: la nuestra y la de la oposición, liderada por Mauricio Macri y Andrés Ibarra”, señala el encargado de La Piel de la Bombonera y señal que, de todas maneras, Spataro pone el proyecto al servicio del club, de cualquiera que gane.
Fuente: La Nación.
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