Pasar de vivir en casa con patio a departamento
Los niños en etapa preescolar son quienes más lo sufren, al no contar con el espacio que tenían para jugar. Aunque también se convierte en una oportunidad de conocer otros niños.
La mayor parte de los padres desean que sus hijos crezcan en espacios amplios, en lo posible, una casa que tenga patio donde poder recrearse. Pero lo cierto es que no todos tienen la posibilidad de hacerlo.
Un caso para ejemplificar es la situación del ex futbolista César Cortés, quien tuvo que dejar su parcela de 5.000 metros cuadrados en Chile para instalarse con sus hijos y su esposa en un departamento en la exclusiva isla de Ibiza.
Allí, las propiedades de 200 metros cuadrados rondan las 25.000 UF.
Expertos reconocen que una mudanza de tal magnitud les puede traer consecuencias a los más pequeños, sobre todo, si el nuevo espacio es mucho más chico y no cuenta con patio para que jueguen como solían hacerlo.
Si no se maneja correctamente, los nuevos cambios les pueden generar trastornos de ansiedad. Los adultos solemos pensar que los niños menores de 3 años no entienden nada, y lo cierto es que entienden todo.
Por eso, es importante explicarles con palabras y ejemplos, que se va a realizar un cambio de hogar a uno más pequeño y sin patio. La idea es que el nio no lo sienta como un espacio desconocido, ya que pueden sufrir un retroceso en su proceso cognitivo y emocional.
La edad más recomendada para realizar una mudanza debe ser precisamente en la temprana infancia.
Si la familia va a cambiar de casa, lo primero que deben hacer los adultos es una preparación previa, explicándoles bien a los hijos las razones del cambio o llevarlo a visitar el nuevo hogar.
Pueden invitarlos a que sean parte de ese proceso, permitiéndoles elegir el color de la habitación o el tipo de cama. No debe ser una imposición, sino que deben hacerlos sentir parte del cambio.
Con los más grandes se complica un poco más la tarea. Cuando los chicos avanzan hacia la adolescencia, aparecen conductas naturales como llevar la contra en todo. A medida que uno va creciendo, va elaborando y estructurando su personalidad. Por eso es que van a rechazar cualquier cambio porque sí.
Aire puro
Uno de los “pero” que trae mudarse de casa a departamento es el tema de no contar con patio para que los niños puedan jugar. De hecho, los más chicos pueden ver disminuida su capacidad motora o también sus espacios relacionados con la imaginación.
Los niños en etapa preescolar están diagramando sus mapas cognitivos, lo que es relevante a la hora de resolver temas sobre profundidad o el cálculo de las distancias. Quienes tiene lugares más amplios para jugar, desarrollan mapas cognitivos más ricos respecto a lo que significan los detalles o definición de objetos.
Los niños sufren emocionalmente al no tener aire puro ni espacio para correr. Se ha comprobado que el contacto con la naturaleza obra de manera muy importante con el control de la ansiedad. Y en especial en la secreción de algunas hormonas relacionadas con la dopamina.
Por eso, necesitamos estar en contacto con los árboles y las plantas.
La recomendación es que los adultos lleven a los más chicos a parques y que estimulen actividades como caminar, correr y respirar.
Otra alternativa es que los padres saquen a pasear a sus hijos al menos una vez al día. De esa manera, el impacto no debiese tener un gran impacto en su salud mental y en su equilibrio psicológico.
Otro argumento es que la reducción del espacio les priva poder estar expuestos a la naturaleza. Por eso, el consejo es tratar de brindárselos por medio de plantas en las casas y llevándolos a pasear.
También se les puede proporcionar un espacio en sus departamentos que sientan como su propio espacio donde puedan pintar o dibujar.
Y por otro lado, lo bueno de vivir en departamento es que permite que los mas pequeños se abran a nuevos vínculos. Pueden conocer a sus vecinos en los jardines, ya que, hay muchos condominios que cuentan con espacios de uso libre.
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