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La historia del emblemático Cabildo de Buenos Aires

Todos aprendemos en la escuela primaria que el Cabildo de Buenos Aires fue la sede donde se forjaron las bases de lo que luego fue la República Argentina. Pero puede que no conozcas algunos datos sobre este edificio histórico.

En principio, el nombre Cabildo proviene de la palabra en latín “capitulum”, que significa “a la cabeza”. Los enviados del rey de España construían un organismo municipal de este tipo cada vez que fundaban una ciudad en “las Indias”, como si fuera una adaptación del ayuntamiento medieval español.

El primer Cabildo de Buenos Aires data de los primeros años de la segunda fundación de la Ciudad, conducida por Juan de Garay en 1580. Era un edificio de adobe y techo de caña y paja, frente a la Plaza Mayor (hoy Plaza de Mayo) en lo que hoy es la intersección entre las calles Bolívar e Hipólito Yrigoyen. Tenía una sala para los cabildantes y otra que funcionaba como cárcel.

Allí se encarcelaba a las personas no solo por violentos crímenes o robos, sino también por lo que entonces se consideraban delitos contra la moral. Regía la presunción de culpabilidad hasta que se demostrara lo contrario, por lo que los detenidos permanecían en la cárcel hasta el juicio. Cuenta la historia que quienes no eran blancos, incluso las mujeres y los niños, eran víctimas de torturas y castigos, además de trabajos forzados, en una cárcel que funcionó allí casi 300 años, cuando se la reemplazó por otra ubicada en lo que hoy es la avenida Las Heras.

Debido a la rusticidad de la construcción, para 1711 se autoriza la reedificación del Cabildo, que se interrumpió en diversas ocasiones durante ese período violento de la historia. Eventualmente se construyó en ese mismo lugar un edificio más moderno, que adoptó la función que todos conocemos.

En aquel entonces, se trataba de un edificio de dos plantas, con una torre central en cuyo interior había un reloj de origen español. La entrada o portón principal lucía en el centro de la edificación y, por delante, en la vereda, había una galería con 11 arcos: el central y cinco de cada lado.

En el 1800, la presencia de esta institución era una condición jurídica para que existiera una ciudad, de acuerdo a las Leyes de Indias. Se trataba de la única autoridad elegida por la sociedad local y estaba conformada por los “vecinos” de Buenos Aires. Tenían ciertas atribuciones para decidir sobre la recaudación de impuestos, el “buen gobierno”, y hasta la justicia.

Hasta ese momento, en ese lugar se reunían los representantes de la alta alcurnia social del entonces Virreinato del Río de la Plata –que debían ser hombres, blancos y propietarios- cada vez que había que tomar una decisión que afectaría a la “cosa pública”. En esos casos, se convocaba a un “Cabildo abierto”.

Los cargos en el Cabildo duraban un año, y cada 1 de enero los miembros elegían a sus sucesores. De este selecto grupo no formaban parte ni las mujeres, ni los pobres, ni las personas de otras razas o tampoco aquellos que no vivían en las ciudades.

Luego de la Revolución de Mayo, el Cabildo siguió siendo un importante edificio administrativo para el joven gobierno. Y sufrió con el tiempo varias remodelaciones más. 

En 1884, ya durante la presidencia de Alejo Julio Argentino Roca, se decidió abrir la Avenida de Mayo, lo cual generó la mutilación del lado izquierdo del Cabildo. Se eliminaron tres arcadas y se le quitó la torre para evitar que, por la asimetría que sufriría, pudiera generarse un derrumbe.

Durante la dictadura de José Félix Uriburu en 1930, se impulsó un fuerte discurso nacionalista y comenzó la puesta en valor y remodelación del Cabildo. Así fue como el arquitecto Mario Buschiazzo remodeló el Cabildo e imitó su construcción original en base a una acuarela de Carlos Pellegrini de 1829. Se cercenaron entonces otras tres arcadas del lado opuesto, para recuperar la simetría, y se reestableció la torre en el centro.

Fuente: Google.

¿Qué es el Cabildo hoy?

En 1940, se construyó en la misma ubicación el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo, respetando la forma que tuvo originalmente ese edificio tan importante en el siglo XVIII. Se mantuvieron la sala donde se creó la Junta y uno de los calabozos.

Hoy es un espacio abierto a los visitantes que quieren conocer más sobre la historia argentina –con visitas guiadas en español e inglés, muestras de arte y actividades-, además de un espacio de investigación y formación en historia. 

Fuente: Google.

Allí hoy pueden conocerse reliquias de la historia del país como un estandarte real español, el antiguo escudo de armas de la ciudad de Buenos Aires, una lámina de plata y oro que la ciudad de Oruro envió en celebración por las victorias sobre las invasiones inglesas, pertenencias de los miembros de la Primera Junta, el título de abogado de Mariano Moreno, la imprenta móvil que Manuel Belgrano llevó en una de sus campañas, entre otros.

Finalmente, en 2016 el museo sufrió una nueva remodelación, para incluir desde entonces un acceso para los visitantes a lo que fue inicialmente la cárcel, así como a otros documentos y descubrimientos históricos encontrados en excavaciones, que revelan cómo era la vida en la etapa colonial y en los primeros años de la República Argentina.

Fuente: IProfesional

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