DESARROLLOS INMOBILIARIOS

Son argentinos y hacen edificios con containers

Un complejo con 18 departamentos se está desarrollando en Rosario, con unidades de 18 metros cuadrados con balcón a un valor de US$16.800 y una inversión de US$400.000.

Mientras se encontraba inmerso en un viaje de trabajo por China, Maximiliano Saba no podía prever el nuevo universo que se desplegaría ante él. Lo que inicialmente anticipaba como un capítulo rutinario en su carrera de importador de maquinaria metalúrgica dio un giro extraordinario cuando se topó con los particulares edificios que dominan los horizontes de Beijing y Shanghai.

Construidos por completo con conteiners marítimos, el potencial de estas edificaciones lo llevó a vislumbrar oportunidades inexploradas en Argentina.

Aunque la revelación tuvo lugar antes de la pandemia, el emprendedor no dejó que el tiempo diluyera su interés. Tras meticulosos análisis de costos, evaluación de terrenos y la selección de profesionales como herreros, plomeros, pintores y electricistas, Saba puso en marcha su lista de contactos para llevar a cabo este proyecto en la Argentina.

Sebastián Ostinelli, figura fundamental en este emprendimiento, se unió como socio para dar vida a lo que hoy es Ecobox Homes. “Con Maximiliano ya habíamos trabajado juntos en otras oportunidades, y cuando me presentó la idea junto con una maqueta me pareció sumamente interesante”, cuenta el abogado y propietario de Ostinelli Estudio Inmobiliario. Juntos, unieron fuerzas para iniciar el proyecto de construir un edificio de 18 unidades -monoambientes con balcón- utilizando conteiners reciclados.

“Nos pusimos a investigar y descubrimos que, en diversas partes del mundo, especialmente en el ámbito turístico, existían propuestas similares”, cuenta Saba. En Qatar, por ejemplo, esta misma modalidad sirvió para construir el Estadio 974 en Doha, nombrado por la cantidad de containers utilizados, que fue sede de un partido del Mundial de Qatar 2022.

La velocidad de ejecución se presentó como una de las grandes ventajas, junto con el enfoque en la sostenibilidad al reciclar containers que de otra manera serían desechados. “Estos containers, inicialmente destinados al transporte de hasta 25 toneladas de mercadería, tienen una fecha de vencimiento de 10 años, tras lo cual pueden adquirirse para ser reutilizados como depósitos, oficinas o incluso convertirse en unidades habitacionales, qué es nuestra propuesta”, comparte el empresario.

Fuente: La Nación.

Los departamentos ofrecen una alternativa considerablemente más asequible en comparación con las construcciones tradicionales, siendo hasta un 50% más económicos. Mientras que el valor de venta en pozo de estos departamentos es de US$16.800, las opciones tradicionales superan los US$30.000 según el promedio de la zona.

Asimismo, este proyecto de viviendas está pensado para el pequeño inversor que ha acumulado suficientes ahorros para adquirir un vehículo de tamaño reducido, ya que por el mismo valor tienen la posibilidad de invertir en una de estas unidades. “No solo preserva su valor, a diferencia de un automóvil que se deprecia, sino que también genera rentabilidad sin los gastos adicionales de seguro y patente asociados a un vehículo”, señala Ostinelli.

Es importante destacar que estos departamentos, al ser considerados unidades independientes, siguen un proceso de escrituración similar al de las propiedades horizontales tradicionales. El edificio se afecta a propiedad horizontal convencional, según las normativas vigentes del sitio donde se emplace, operando como un consorcio, donde cada unidad constituye un departamento individual que se escritura a nombre de su titular.

Después de adquirir el contenedor, se traslada a la fábrica y se realiza un proceso meticuloso para eliminar cualquier rastro de óxido. Posteriormente, se lleva a cabo la fase de pintura, junto con la instalación de sistemas eléctricos y cañerías necesarios para su funcionalidad. A estos se les agrega un eficiente sistema de aislamiento de celulosa, que no solo protege contra el ruido, sino también contra las fluctuaciones de temperatura.

Fuente: La Nación.

Luego, se instalan paneles de piso flotante, incorporando comodidades esenciales como aire acondicionado, horno eléctrico, anafe, heladera con freezer y mobiliario, como bajo mesada. Adicionalmente, cada unidad cuenta con una cama rebatible a control remoto que se eleva hacia el techo, permitiendo aprovechar el espacio como cocina comedor y sala de estar. Considerando también el balcón, cada unidad brinda un espacio total de 18 m².

El acceso a los departamentos se realiza por escalera, ya que hasta el tercer piso no se requiere ascensor. En este caso específico, el edificio constará de planta baja, primer y segundo piso. “Los containers están diseñados para ser apilados hasta ocho unidades, uno sobre otro. Si se decidiera construir más pisos, se podría contemplar la posibilidad de añadir un ascensor externo a la estructura existente. De todas maneras, la intención es mantener los pisos predefinidos para evitar molestias a los residentes actuales y minimizar modificaciones en los planos originales”, asegura Saba.

Fuente: Google.

Como todos los departamentos se construyen en fábrica, se logra ahorrar hasta un 40% del tiempo comparado con construcciones tradicionales. La rapidez adicional se debe a que, al tener las paredes y el techo ya integrados en el container, los plazos de construcción se reducen significativamente. Una vez completados, los departamentos se transportan en camión y se ensamblan en el lugar, colocándolos uno al lado del otro.

Aunque los proyectos inmobiliarios construidos con sistemas modulares están ganando terreno, aún persiste cierta reticencia por parte del público hacia estes tipo de viviendas. Con este desafío en mente más el propósito de fomentar el interés, los emprendedores establecieron un departamento modelo en forma de showroom en uno de sus galpones. “Este espacio brinda a los interesados la oportunidad de visitar y experimentar de primera mano cómo sería vivir en una unidad con estas características”, explica Ostinelli.

Aún quedan unidades disponibles para comprar, los emprendedores comentan que por el momento reciben entre 10 y 15 consultas mensuales para alquileres, especialmente de personas jóvenes o adultos solteros o separados. El edificio se levanta en la calle San Martin al 3100, ex ruta 9, en el barrio Esperanza. “Al estar emplazado sobre una avenida principal de la ciudad, cercana a la autopista, el centro y el puerto, pensamos que puede ser una opción atractiva para aquellos que buscan alquileres temporales, especialmente para quienes vienen a trabajar por períodos cortos”, comenta el inmobiliario.

En lo que respecta a los materiales y las importaciones, aseguran que cualquier container que llegue al puerto y supere la fecha de vencimiento permanece en Argentina. Además, para este edificio en particular, ya cuentan con todos los materiales necesarios, por lo que no deberían tener contratiempos.

Fuente: La Nación.

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