DECORACIÓN

Espacios pequeños: ideas de arquitectos para distribuirlos

Para los espacios pequeños, donde hay que optimizar cada centímetro cuadrado, los arquitectos responden con soluciones.

Los espacios pequeños en arquitectura presentan una serie de ventajas que los convierten en opciones prácticas, funcionales y, en muchos casos, más sostenibles. Una de las principales ventajas es su versatilidad en el uso de recursos. Diseñar y construir un espacio pequeño implica menos consumo de materiales, energía y tiempo, lo que se traduce en una huella ambiental significativamente menor. Además, los espacios pequeños fomentan la creatividad y el ingenio en el diseño. Los arquitectos y diseñadores deben maximizar cada centímetro, utilizando soluciones multifuncionales como muebles convertibles, almacenamiento oculto o estructuras modulares que optimizan la funcionalidad sin sacrificar la comodidad.

Desde un punto de vista económico, los espacios pequeños son más asequibles tanto en términos de construcción como de mantenimiento; no solo son una respuesta a los retos actuales de sostenibilidad y urbanización, sino también un ejemplo de cómo el diseño arquitectónico puede transformar limitaciones en oportunidades, creando hogares funcionales, acogedores y eficientes. Aquí algunos de los mejores ejemplos en cuanto a soluciones y consejos arquitectónicos y de diseño.

Un gran módulo esquinero

“Hay que imaginarse en 24 metros cuadrados, con papel tapiz antiguo, suelo enmoquetado y cortinas de flores…”. Es difícil imaginar cómo era este (ahora) encantador estudio antes de su renovación. De un cubo oscuro, con tabiques y un dudoso altillo, ha pasado a ser un agradable departamento para solteros bajo la égida de Aurélien Duny.

Fuente: Juan Jerez.

Para el arquitecto, la funcionalidad pasa necesariamente por abrir las estancias. “Lo único que conservamos del edificio existente fueron las vigas vistas del techo. Derribamos los muros en favor de tabiques semialtos que dejan entrar la luz por todas partes. Se utilizaron varios tabiques, y un gran módulo en ángulo sirve de estructura a la zona del dormir, que se eleva para dar cabida al almacenamiento a ras de piso, la zona del salón, la cocina y el cuarto de baño.

Jugar con diferentes alturas

“Trabajamos con tres alturas: la primera, de 2 metros, para el vestidor; la segunda, de 2 metros, para la cabina de la regadera; y la tercera, para el aseo. El objetivo, más allá de separar los espacios, es también dejar que la luz penetre en cada una de las “habitaciones”, y liberar el mayor espacio posible en el piso. “Mantenemos la sensación de 24 metros cuadrados en su totalidad al tener una vista completa del techo, por encima de los tabiques”.

Un tabique acristalado en la parte superior

Cuando Philippe Harden se mudó a este pequeño espacio de 30 metros cuadrados en Mónaco, le pareció más una habitación de hotel que un departamento de verdad. Una cama imponente, un cuarto de baño sobredimensionado, una cocina pequeña poco práctica, todo lo necesario.

“No es el tipo de lugar en el que uno quiere vivir”, afirma. La vivienda, situada detrás del casino de Montecarlo, está en un edificio de lujo de los años setenta. Es una ubicación ideal, donde incluso se ve el mar, pero el interior no es muy funcional.

Philippe Harden

Un truco para esconder (un poco) la cama

Para la zona de la recámara, Philippe Harden optó por un tabique de cristal en la parte superior para dejar respirar el estudio, al tiempo que se creaba intimidad. “De esta forma, durante el día, se puede ver la zona de dormir, mientras que la cama queda ligeramente oculta”. La cama se colocó intencionadamente en el centro de la nueva habitación. “No soporto las camas en las esquinas, no te puedes mover, no puedes hacer la cama…”, explica.

Fuente: Philippe Harden

No se sacrifica ningún equipamiento en aras del espacio: armarios, lavavajillas, lavadoras y aire acondicionado se esconden en las paredes, convertidos en funcionales por la reordenación de las “habitaciones”. “El hecho de estar en un estudio no significa que tengas que decir ‘no tengo derecho a este mobiliario’. Hay que poder cocinar, comer, lavar la ropa y entretenerse”.

Una suave separación entre salón y recámara

En este pequeño departamento de una sola planta, iluminado por dos ventanas altas, el reto es, como siempre, saber dónde colocar la recámara en relación con la zona de estar y con la luz natural. La recámara no es abierta, sino que está parcialmente cerrada por un gran mueble de carpintería multifuncional que incorpora un escritorio, una cama extraíble, un espacio para la televisión, un frigorífico, lavadoras y, sobre todo, un cuarto de baño cuya entrada, de estilo speakeasy, se realiza a través de una puerta con cortina que se funde con las líneas geométricas del mobiliario. Así se crea una suave separación entre el salón y la recámara, con vistas desde el salón a la segunda ventana, lo que refuerza la impresión de espacio.

Fuente: BCDF Studio

“Un espacio pequeño como éste es un quebradero de cabeza, hay que pensar en todas las funciones que hay que incluir en el plano, así que trabajamos en cada detalle. No se trata de llenar el espacio, ¡se trata de que quepa todo! Es tedioso pero emocionante.

Fuente: AD

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