CHILESECTOR INMOBILIARIO

Químico hizo una casa enterrada a 10 metros bajo tierra

Tiene acceso solo por el frente y antes hay que bajar por escalera. El químico farmacéutico Moisés Salas decidió construir una casa de 110 metros cuadrados y dos pisos, literalmente enterrada, a unos 10 metros bajo tierra.

Se trata de The Buried House (La Casa Enterrada), que forma parte de su centro turístico Centinela de Matanzas, que inició en 2018 y que nació luego de comprar un terreno de 5.000 metros cuadrados por $20.000.000 en segunda línea de playa en una quebrada, en la localidad de Matanzas, en la VI región, para tener un lugar donde llegar para practicar windsurf, su deporte favorito.

Construyó la primera casa en una loma que tenía el recinto, pero tenía pendiente qué hacer con el espacio que le quedaba, pero que era una quebrada: “No tenía claro qué hacer, pero lo que no quería era construir una casa grande y tapar la vista de la gente que pasa por la calle.

La vivienda está hecha de hormigón armado con un espesor similar a un edificio, para soportar el peso del cerro. Justo hacia su costado pueden ver el mar. Un día mirando una revista de arquitectura vió una construcción en Suiza de la Villa Vals en los Alpes, que era una casa enterrada y sólo se le veía el fronte.

“Me inspiré en ella, cuando la vi, dije esto es lo que tengo que hacer y se mantiene el terreno igual a cómo está”, dice. Con orientación norte, toda la vivienda, que está a 100 metros del nivel del mar, tiene vista hacia el océano: “Fue un desafío bastante grande”.

“Hubo que medir bien el lugar que entregara buena vista para el atardecer, donde llegue poco viento y buena luz, hicimos cuatro trazados y escogimos uno donde hicimos el socavón para imaginarnos la altura”, explica Patricio Cáceres, arquitecto a cargo del proyecto junto a al arquitecto colaborador Iván Núñez.

Detalla que está construida en hormigón armado, con un espesor similar a un edificio para soportar el peso del cerro: “Los muros del fondo van desde más grueso a más delgado, porque funcionan como un muro de contención que van soportando el peso del ción que van soportando el peso del ción que van soportando el peso del ción que van soportando el peso del ción.

Fuente: Google.

Quedó como un búnker dentro del cerro. Para evitar el paso de la humedad, se usaron varias capas de impermeabilización en toda la estructura y aislante de poliuretano, entre otras medidas, sobre todo al centro de la vivienda: “En la parte de los brazos no se aplicó mucha aislación porque no es habitable”. Y está revestida con láminas de madera de roble: “Lo elegí por su color más rojizo, similar a la tierra, y queda más en armonía con el lugar y da mayor calidez. Esta casa tiene una estructura única y conexión con el espacio, me atrevería a decir que no hay otra en todo Chile y Sudamérica”, indica Salas, quien destaca que invirtió unos $80.000.000 en su construcción.

De hecho, Cáceres explica que tiene forma de elipse para dar con el ángulo preciso para tapar bien el viento y captar mejor el ruido del mar.

Fuente: Google.

“Acústicamente funciona super bien, pero porque estudiamos también la apertura que tenía que tener. Si nos abríamos más, corríamos el riesgo de que entrara más viento y se produjeran corrientes”. La vivienda está pensada para acoger cinco personas. En el primer piso, están el living y comedor, y en el segundo, dos habitaciones.

Para vivir la experiencia, The Buried House se arrienda por $195.000 la noche en Airbnb: “El 70% de quienes la visitan son extranjeros, llega mucha gente de Alemania y Estados Unidos que vienen en familia a descansar por unas tres semanas.

“Hay muchos deportistas también que desde acá bajan el acantilado, tenemos un sendero que demoras tres minutos en llegar al mar”. El químico farmacéutico tiene planeado construir una segunda casa enterrada, igual a la que ya tiene: “Quiero tener a las dos mirando el Pacífico”.

Fuente: Litoral Press.

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