La reinvención artística tras la pandemia
La pandemia de Covid que azotó al mundo durante los años 2020 y 2021 hizo estragos, no solo con varios sectores socio económicos, sino también afectó a la realización artística, que actualmente se encuentra en una etapa de renovación y crecimiento.
Tiempos difíciles pasaron, donde lo inesperado rompió de manera definitiva la inercia de lo cotidiano. A raíz de eso, los artistas en general debieron atravesar múltiples dificultades, con alteraciones en sus vidas y cambios profesionales y en sus actividades laborales.
De esa manera, debieron adaptarse rápidamente al mundo virtual, lo que no fue fácil, teniendo en cuenta la mirada de su novedad y todas sus implicancias. Se plantearon nuevas vinculaciones entre las prácticas artísticas, el público y los espacios que, antes, exhibían sus trabajos.
Cientos de artistas y gestores culturales mendocinos recurrieron a diferentes propuestas para evitar romper el lazo con sus públicos, generando una serie de experiencias, de mayor o menor resultado positivo para la visibilización e intento de comercializar sus trabajos.
Así, las redes sociales se convirtieron en receptoras y difusoras de imágenes con obras de artistas, cuyas pretensiones eran continuar mostrando su arte y acercarse a través de las mismas al público. Se visualizaron más de 450 artistas, quedando el resultado en la esfera privada de cada uno de ellos, cuando la posibilidad de hacer nacer proyectos, acciones y/o vinculaciones se les presentó en algunos casos.
Con el paso del tiempo, comenzó una especia de convivencia entre ambos soportes, el nuevo modelo virtual y una presencialidad a medias, que permitieron sociabilizar en mayor medida.
En ArteH Espacio Hipercerámico del cual, Daniel Rueda, es gestor y su Director hace 5 años, la pandemia lo había sorprendido con la reciente inauguración de una increíble muestra de la artista Laura Valdivieso. Una muestra única, donde la consagrada artista había pensado y trabajado en la producción de sus obras, en el escrito del texto curatorial y hasta el diseño de montaje. Se titulaba: “Colorear sin salirse del contorno”.
La misma quedó con su montaje realizado, pero sin poder visitarse. Con el transcurso del tiempo se descolgó ante la nula expectativa de reapertura. Posteriormente la empresa, también haciendo uso de los intervalos referenciados que esperanzaban volver a la “normalidad”, le permitió accionar y realizar algunos encuentros. Inauguraron otras nuevas propuestas, de los reconocidos artistas Juan Justo (instalación) y Gerardo Montarulli (fotografía), invitando en ese entonces a Valdivieso a que repensara la propuesta original y que capitalizara la experiencia vivida.
También pasaron exposiciones inolvidables bajo este tiempo por el espacio ArteH como las muestras de las artistas Inti Pujol con una propuesta individual. Seguidamente Natalia Espinosa, Chiara Bellusci, Luz Magarre, Valentina Palacios, Victoria Riveros, Emilia Sánchez y Amira Yurie, todas ellas curadas por la premiada artista y gestora Lorena Rosas, sin olvidar una de las más convocantes muestras recientemente inaugurada de la ascendente artista Florencia Aise.
Todo esto se desarrolló en el plano privado, mientras que en el público en plena época de pandemia asomaba una noticia muy esperada por el colectivo artístico quien trabajó por años para su recuperación. Mientras se leía en las noticias que los museos en el mundo cerraban y despedían empleados, en la ciudad de Mendoza a pedido del intendente Dr. Ulpiano Suárez, se ponía a trabajar un equipo no menor de profesionales, y con las herramientas de trabajo correspondientes.
Todo creció y se reivindicó a raíz de la necesidad de repensar espacios de debate que interpele al público, como ambientes presentes y colectivos, donde se brinde la oportunidad para que el público pueda disfrutar de nuevas experiencias, mucha más sostenibilidad y con un concepto menos espectacularizado del arte, menos medido por multitudes.
Fueron los artistas quienes volvieron a ganar la calle, a incentivar a los anteriores a lograr lo que alcanzaron, ya que el resultado de su expresión siempre es visto como referente por personas a quienes muchas veces transforma de cierta manera a quien observa, ya sea a través de una idea, una emoción, o una reflexión.
Todos, en mayor y en menor medida enfrentaron a su modo una pandemia, sin dejar de generar posibilidades para los artistas y el público en general, al igual que sostuvieron sus propuestas en mayor y menor medida.
Aprovecharon el encierro para reflexionar sobre el contexto bajo la forma que más domina: el lenguaje artístico. La etapa de monopolio virtual de la vida social y cultural volvió más democratizante que nunca el mundo del arte, facilitando el acceso y el interés de un público que habitualmente no visita espacios alusivos.
(Edición: Sebastián Dacuona)
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