CURIOSIDADES

El ‘match’ del fundador de Tinder y su mansión

Una deslumbrante casa en Los Ángeles, es noticia por su autenticidad y extravagancia: se trata del hogar de Sean Rad, fundador de Tinder, y Lizzie, su mujer, una famosa diseñadora de moda.

La mansión, se destaca por la extraordinaria colección de lámparas de diseño, un sinnúmero de tesoros de origen familiar, y una narrativa entrelazada con importantes yuxtaposiciones, orquestadas por la diseñadora Jane Hallworth. En resumen: una maravilla.

Lizzie, creció en Virginia, en la costa Este. Se describe como una persona con una sensibilidad chic, elegante y excéntrica. Por su parte, Sean tiene un estilo más minimalista y fascinación por los objetos extraños que sirven para decorar cualquier espacio. De esta forma, la casa, combina ambos estilos, y ambos, decidieron arriesgarse y romper toda regla, comprometiéndose a vivir con objetos que realmente aprecian y entienden.

Los idiosincrásicos gustos personales de la pareja se manifiestan en la decoración de sus oficinas, espacios que rara vez ocupan el primer plano en una vivienda.

El espacio de cada uno

En el caso de Rad, su lugar, con revestimiento de roble francés recuperado, está diseñado con características que reflejan su personalidad como parte de la industria tecnológica. En la mesa del comedor, cuelga detrás, un monumental lienzo de Georg Baselitz y está rodeada de piezas de Tobia Scarpa, Poul Kjærhom, Marcel Breuer, Pierre Jeanneret, Charlotte Perriand y Jean Prouvé. Como regalo de su mujer por su cumpleaños número 30, se observa un antiguo ordenador Apple II, de finales de los 70, que se encuentra ubicado sobre un pedestal de madera hecho a medida.

Cabe aclarar que su intención era crear un espacio de inspiración personal y para la gente de su equipo.

Fuente: Google

Por otro lado, la oficina de Lizzie, se destaca por tener una enorme bola de discoteca, pintada a mano por ella misma con una capa de polvo de café expreso, que comparte protagonismo con los muebles de Osvaldo Borsani, Gio Ponti, Gabriella Crespi y una serie de creadores menos conocidos.

Detrás de su escritorio Carl Malmsten se observa un cuadro de George Condo titulado Interacting Figures, el cual utiliza como telón de fondo para las reuniones de Zoom.

Algunas de las piezas importantes que adquirieron para a decoración del salón fueron una cabeza de mármol italiana del siglo XVI, la que reutilizaron como jardinera para un altísimo ficus y adornada con hojas de acanto, cabezas de león y otros ornamentos clásicos.

También, un precioso macetero, que le otorga un enfoque encantador a la mesa plateada de centro de Vicenzo De Cotiis, y que parece un escudo heráldico en el que se refleja la luz natural de la habitación.

Se destaca el dramatismo y la sorpresa en otras partes de la casa: en el tratamiento de mármol de la cocina, de estilo Rorschach, y en los armarios de bronce; en el extraño y futurista piano de cola Poul Henningsen de los años 30 que preside la sala de música, en la mesa de Carlo Bugatti, sobre la que reposa el decantador de whisky, en el bar; y en el ballet de luces colgantes mecanizadas con forma de remolino de Studio Drift, en el vestíbulo.

Sin embargo, lo más asombroso es el glorioso baño principal, revestido en mármol de Breccia Capraia, con una bañera monolítica (hecha con un solo bloque de piedra) y una chaise longue de mármol en la ducha de vapor.

Fuente: Google

En resúmen, el hecho de diseñar y pensar su propio hogar, ha sido como una especie de aventura extraordinaria. Miles de ideas audaces, controversiales e inspiradoras, que le otorgan valor y autenticidad al hogar que están creando juntos.

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